Jesús de Luz y Vida
Tiene su sede en la Catedral, desde donde se inicia tradicionalmente la procesión que cuenta con un largo recorrido por las cuestas del casco antiguo para atravesar el Puente de Piedra y, por el barrio de Cabañales, a la otra orilla del Duero, llegar al cementerio de San Atilano, donde tiene lugar el acto fúnebre de recuerdo a los fallecidos. Una oración a la que se invita a los directivos de otras cofradías y los cánticos del coro cierran el momento cumbre de Jesús de Luz y Vida. Además del paso tallado por el escultor zamorano Hipólito Pérez Calvo, los hermanos portan una corona floral que es depositada en honor a los que descansan en el camposanto de la ciudad.