Esta es una de las recetas más sencillas, sensuales y ricas para San Valentín. No vamos a decir que se trata de un plato que despierte los instintos como podríamos decir de las ostras... es tan bonito
Limpiamos los tomates, los partimos por la mitad y los despepitamos.
Vamos guardando el líquido que sale junto con las pepitas en un bol para utilizarlo más tarde.
A parte partimos el pan en trozos y lo dejamos a remojo en el aceite de oliva virgen extra y el vinagre de jerez.
En una batidora metemos los tomates, la remolacha, el pan a remojo con el aceite y el vinagre, la cebolla y el pimiento verde y lo trituramos añadiendo el jugo de los tomates filtrado para eliminar las pepitas y si hiciese falta para dejarlo a punto un poco de agua mineral. Pasamos la sopa fría por un chino para eliminar esos grumillos innecesarios de la piel de tomate y el pan y ponemos al punto de sal.
Según Aquilino Fernández, chef del restaurante Gordon 10 de Valencia, (Carrer del Comte d'Altea, 49), un par de fresas para adornar el plato son fundamentales para darles el toque chic.