La ayuda que llega tras la lluvia

B. Blanco García

«Por suerte solo tuve que sufrir tres días de cortes de electricidad». Stella Maris Borrego, descendiente zamorana, es una de los cientos de damnificados por las inundaciones que asolaron Argentina a comienzos de abril. El barrio donde reside en Buenos Aires, Saavedra, se vio afectado «por el desbordamiento del arroyo Medrano, que está entubado, y por construcciones que han ido afectando al normal desagüe de las aguas», explica, para destacar inmediatamente «la rápida reacción del pueblo en forma espontánea, que comenzó a ofrecer ropa, alimentos, artículos de limpieza, velas o pañales mucho antes de que las autoridades empezaran su tarea», enumera.

Una acción a la que también se han sumado los emigrantes zamoranos que pertenecen a distintas asociaciones repartidas por el país. Es el caso del Centro Zamorano de Buenos Aires, que el pasado jueves organizaba un festival benéfico donde el tango fue protagonista. «Fue un éxito total. Una gran cantidad de público colmó los salones del centro para disfrutar de cuatro horas de espectáculo con más de treinta cantantes, músicos y bailarines», agradecía Alfredo Miranda, secretario del centro zamorano.

Alimentos, productos de limpieza e higiene o ropa, todos donados por los socios del centro, fueron cargados para trasladarlos al Centro  de Castilla y León Mar del Plata, una de las ciudades más afectadas por las inundaciones. Fue la propia subcomisión de jóvenes de esta institución la que puso en marcha esta colecta. «Hemos solicitado a la gente desde alimentos hasta colchones. Toda la Argentina está haciendo campañas y se ha solidarizado con la ciudad. Estamos muy dolidos y conmovidos», declara Daiana Peral, descendiente zamorana que pertenece a dicho centro.

Otro zamorano, Eduardo Marcelo Soria, destaca también la actitud de la presidenta del Gobierno, Cristina Fernández, tras la catástrofe. «Se constituyó y recorrió todos los lugares, a diferencia de otros gobernantes. Además, colaboró con manos y con donaciones, como otros amplios sectores de la sociedad», apunta.

Luis Gregorio Martín, con raíces en Madridanos y residente en Buenos Aires, advierte tras lo sucedido que el país «está en un terreno inundable y habría que crear planes de contingencia para afrontar estas catástrofes, más allá de las obras de infraestructura que habría que hacer», sugiere. Una propuesta que está avalada por un estudio de la Universidad de Buenos Aires que corrobora que estos fenómenos climatológicos se intensificaron desde 1980. Además, apunta que las consecuencias de las intensas lluvias fueron todavía más graves «por la falta de un sistema de alertas para estas situaciones».

Del mismo modo opina otra joven zamorana, Lurdes Carracedo, residente en Mar del Plata. «Gracias a dios a mi familia no le ha pasado nada, aunque sí estuvieron sin luz y sin servicio de agua, pero no perdieron nada», reconoce. Pero también apunta a que esta situación «era algo que desde hace años se sabía que podría pasar, pero con gobiernos como los que tenemos no se pueden esperar obras, solo lamentos», opina.

Si algo se ha podido sacar de positivo de la catástrofe para esta joven «es que en seguida la gente de todo el país, Cáritas, Argentina entera, diversas ONG, instituciones públicas y privadas, artistas... todo el mundo se ha dispuesto en seguida a juntar ropa, alimentos o medicamentos en medio del caos, cargando camiones rumbo a La Plata», resume.

«Estamos sobre terreno inundable, habría que crear planes de contingencia»
Luis Gregorio Martín
Buenos Aires

«Hemos solicitado a la gente de la ciudad desde alimentos hasta colchones»
Daiana Peral
Mar del Plata