Situación límite
Manuel López-Sueiras
Las instituciones zamoranas podrían verse obligadas a tomar las riendas del Zamora CF si se mantiene la falta de candidatos para ocupar la presidencia del club ante la inminencia de las elecciones y teniendo en cuenta la situación económica de la entidad que, actualmente, no cuenta con ningún patrocinador. Las últimas temporadas han traído consigo la paulatina desaparición de los principales respaldos económicos de que disponía el club y, con la finalización de contrato de patrocinio que existía con Caja Rural, la situación actual es especialmente preocupante ya que se desconocen los planes de futuro de la primera entidad financiera zamorana que, lógicamente, exigirá una nueva directiva que ofrezca suficientes garantías de fiabilidad.
La situación podría complicarse enormemente si finalmente no cuaja ninguna candidatura, algo que, hoy por hoy, se ve difícil y no porque no puedan surgir buenos candidatos, sino por las dificultades que existen actualmente en la provincia para lograr apoyos económicos. Y si la primera ronda de las elecciones finalizase sin ningún candidato, la única solución sería la intervención de las instituciones zamoranas, hoy por hoy, totalmente ajenas a la gestación del futuro del primer club de la provincia.
La intervención institucional no es nueva en el Zamora CF que vivió sus años de mayor esplendor económico gracias al apoyo que le prestó el Ayuntamiento durante el mandato de Antonio Vázquez: desde la gestión de diversos patrocinios, hasta la construcción del Nuevo Estadio. La llegada de Rosa Valdeón al gobierno municipal y la propia crisis económica volvieron a separar a ambas entidades que, en tres años, han sido incapaces de firmar el tan ansiado convenio y las ayudas económicas son irrisorias respecto a otros ayuntamientos de capitales cercanas.
La actitud de la Diputación Provincial se ha mantenido bastante constante a lo largo de los años aunque no ha sido ésta una de las mejores legislaturas para el Zamora CF, una legislatura que comenzó, precisamente, con el enfrentamiento político entre el presidente Casas y la diputada de Deportes, Clara San Damián, en las elecciones de Morales del Vino. También han dado sus bandazos las relaciones con la Junta de Castilla y León: tras las gestiones encabezadas por el propio Casas para que el organismo regional crease las ayudas a los equipos de fútbol de elite, que luego se extendieron al resto de los deportes, el punto más bajo se produjo este año con la publicación de unas subvenciones en las que el Zamora CF salía claramente discriminado respecto a otros clubes de Zamora y de otras provincias de Castilla y León.
El futuro se presenta bastante negro en cuanto al apoyo institucional que puede conseguir el club en el futuro porque las tres instituciones prometen nuevos recortes ante el clima de austeridad que se respira y el propio director general de Deportes, Miguel Ignacio González anunció el miércoles en Zamora un nuevo recorte de la ayuda a los clubes de elite que reparte su organismo.
En los últimos años, el proceso de degradación de las ayudas privadas ha caído también en picado. El magnífico acuerdo publicitario para las arcas del club que se alcanzó con Caja Rural ha llegado a su fin y, hoy por hoy, no sólo no cuenta con su principal patrocinador el club, sino tampoco con la publicidad estática del Estadio que gestionaba también la entidad bancaria. A falta de tres meses justos para comenzar la Liga, se desconoce en qué medida, Caja Rural continuará apoyando al club, y no habrá noticias hasta que exista un nuevo presidente y exponga sus proyectos. En cuanto al resto de patrocinadores, el club se ha convertido en un desierto. La huida ha sido paulatina en los últimos años en los que han ido retirando sus apoyos las principales empresas de la provincia: Pevafersa, Arcebansa, Alcalser y ahora el holding eléctrico de Villaralbo que ya ha anunciado que no seguirá invirtiendo en el club rojiblanco.
En el lado positivo de la balanza hay que situar que el equipo de José María Casas dejará saneadas las cuentas del club, lo cual es algo importantísimo en los tiempos que corren; queda también una estructura interna bastante consolidada, sobre todo en el trabajo con la cantera; el descenso del Arcebansa Chint a División de Plata beneficiaría los intereses del Zamora CF, y la enorme crisis económica en la que está sumida la Segunda División B debe beneficiar a clubes como el Zamora que no arrastran ningún pasivo por las deudas.
No es ésta una situación que anime precisamente a cualquier socio a tomar la decisión de presentarse a las elecciones y la prueba está en que, a falta de muy pocos días para la convocatoria de las elecciones, hoy por hoy, no existe ningún candidato firme. En los últimos días se ha creado una plataforma controlada por los medios radiofónicos zamoranos y en la que se inscriben también empresarios y otros profesionales que intenta encontrar la persona adecuada y que incluso se ha llegado a plantear objetivos mucho más ambiciosos como podría ser la creación de un “macroclub” que englobase a los principales de la capital. En este ambicioso proyecto se encuadran personas muy vinculadas al periodismo deportivo radiofónico zamorano como son Fernando García, Félix Frades o Emilio Prieto: otros empresarios como los exjugadores Manuel Laguna y Santiago Nieto; o el médico del club, Agapito Sánchez Vega. Por el momento, las conversaciones mantenidas en varias reuniones celebradas en el Restaurante París no han dado ningún fruto concreto. Habrá que esperar acontecimientos.
Por otra parte, y pese a que su nombre circula en muchos “mentideros”, también se ha hablado de la posibilidad de que se “reenganchase” algún directivo actual como podría ser el caso de Esteban Rodríguez o Adrián López pero ninguno de los dos reconoce tener la intención de tomar las riendas del club.
Mientras tanto, José María Casas mantiene que no se presentará a las elecciones si se consolida una candidatura seria, pero no se descarta que pudiera aceptar continuar un mandato más si no es así aunque para ello tendría que conseguir un compromiso firme de las instituciones.