La Ponferradina ahoga al Zamora

P. Antúnez
Para el Zamora C. F. la segunda vuelta arranca de idéntica forma que el inicio liguero, es decir, con una derrota por la mínima y bastante honrosa ante la S. D. Ponferradina (0-1).
Los rojiblancos cayeron ayer por quinta vez en la presente temporada ya que con anterioridad y en toda una primera vuelta los de Roberto Aguirre sólo habían doblado la rodilla ante el Mirandés, Guijuelo, Sestao River y la misma Deportiva.
Después de la imagen ofrecida ante la U. D. Salamanca siete días atrás, ayer había fundadas esperanzas de repetir actuación que permitiese llevar algún punto al casillero pero la Deportiva -como así la llamaba Álvarez Tomé- fue superior a un Zamora que se dejó la piel en el campo pero esto no fue suficiente para obtener un resultado positivo.
La primera mitad del derbi ante la Ponferradina poco o nada tuvo que ver con lo presenciado siete días atrás en el otro derbi castellano-leonés frente al Salamanca, ni en el campo ni en las gradas las cosas rodaron igual.
Al Zamora le costó muchísimo entrar en el partido, los rojiblancos estaban tan fríos o más que la tarde y con la posesión del esférico más en poder de los bercianos que de los zamoranos, pues los visitantes dieron el primer a los seis minutos con una internada de Mateo por la derecha con centro chut que el guardameta Sergio Sánchez atrapó para impedir el último remate de Yuri que se encontraba en la boca de gol.
Los de Roberto Aguirre trataban de hacer daño al rival por las bandas, especialmente por la derecha en la que el zamorano Miguel Santos reaparecía como titular y era el hombre que más miraba hacia la portería contraria.
Antes de llegar al cuarto de hora, a los trece minutos, el Zamora perdía el balón cuando intentaba montar una contra y esto era aprovechado por Mayor para sorprender a Sergio Sánchez con una vaselina desde unos veinticinco metros que entró por la escuadra izquierda. Era el 0-1 que ponía el derbi muy cuesta arriba para los intereses de los locales que estaban muy imprecisos sobre el campo donde Jorge Hernández se vacía en su particular lucha por intentar superar a una defensa blanquiazul que estaba muy segura y que defendía muy lejos de su área, sobre todo cuando el Zamora tenía que hacer alguna jugada a balón parado.
Era un partido que la Ponferradina tenía donde quería, con el marcador a favor y con un Zamora que no tenía las ideas demasiado claras a la hora de construir el juego y de llegar con un mínimo peligro hasta la portería defendida por un Orlando que se estaba convirtiendo en un espectador más bajo los palos de la portería del fondo sur a la que el Zamora disparaba por primera vez a los treinta y ocho minutos con un lanzamiento lejano del zamorano Miguel Santos que  el cancerbero atrapó sin ningún tipo de problemas junto al poste izquierdo.
Con anterioridad a esta acción Jona había visto la tarjeta amarilla tras caer en el área y considerar el colegiado que le había querido engañar para que pitase penalti. Fue un primer tiempo que concluyó sin pena ni gloria para un Zamora que se veía superado en el marcador por una S. Deportiva Ponferradina que daba la impresión haber jugado con el freno de mano puesto en unos primeros cuarenta y cinco minutos en los que cada equipo había disparado una sola vez a puerta con la única pero sustancial diferencia que el disparo de los bercianos se había convertido en el único que campeaba en el marcador.
El panorama no varió lo más mínimo tras la reanudación en la que la Ponferradina siguió controlando con relativa comodidad la situación ante un Zamora que no se encontraba ni medianamente cómodo sobre el rectángulo de juego.
Daba la impresión que el 0-2 podía caer en cualquier momento para el equipo que dirige Claudio Barragán que también apretaba pero no asfixiaba.
Alan, a balón parado, probó fortuna pero la falta que sacó el central visitante se perdió por la línea de fondo muy cerquita de la escuadra derecha. Cuatro minutos después de esta acción, Yuri ganaba la espalda a la defensa rojiblanca y Sergio Sánchez tenía que salir fuera de su área para derribar al delantero de la Ponferradina. La acción se saldaba con una cartulina amarilla que el colegiado mostraba al cancerbero y con una falta que Alan sacó contra la barrera y con un posterior remate que se fue a las nubes.
Aguirre, viendo que su equipo no funcionaba, introdujo el primer cambio para dar entrada en el campo a Nacho Matador y sacar del mismo a un Josete que, desde luego, no había tenido su mejor tarde. A renglón seguido, a la hora de juego, Jorge Hernández, rodeado de contrarios en el ángulo derecho del área grande se fabricaba un disparo que Orlando atrapaba junto a la base del poste izquierdo.
Desde luego, si el Zamora quería empatar el partido le tenía que dar más intensidad a su juego y también un carácter más ofensivo que hasta este momento en el que sólo había lanzado dos veces entre los tres palos.
A Jairo le robaban el balón cuando intentaba montar un contragolpe acompañado por Miguel Santos y Jorge.
La Deportiva no acababa de rematar a un Zamora que lo mejor que le podía pasar era ir sólo con un gol de desventaja en el marcador.
A diecinueve minutos para los noventa reglamentarios Jona robaba un balón al borde del área para cedérselo a Miguel Santos cuyo lanzamiento se estrelló en el lateral de la red mientras que en la grada algunos aficionados ya cantaban el gol.
El técnico del Zamora volvía a mover el banquillo para en esta ocasión introducir en el campo a Dani Hernández y sacar del mismo a Miguel Santos.
Y Jona tuvo en su cabeza la oportunidad para igualar la contienda tras un buen centro de Jairo Álvarez que el «pichichi» rojiblanco remataba desviado estorbado por el central.
Aguirre quemaba las naves con un tercer y último cambio en el que Hugo saltaba al césped sustituyendo a Garretas pero salvo una acción a balón parado en la que Nacho Matador sacó una falta desviada, no hubo mucho tiempo para más porque la Ponferradina, con mucho, demasiado oficio, durmió el partido y se llevó tres valiosos puntos de Zamora para seguir la estela del líder, Mirandés.